El "humanismo" del Che

En 1959, Fidel Castro buscaba a quien firmara sentencias de muerte de cientos de cubanos acusados de cooperar con el régimen de Batista. Alguien sugirió como verdugo al Che porque era implacable y extranjero, es decir sin nexos con los isleños y, por tanto, inmune a pujos de piedad inspirados en lazos de amistad o parentesco.

Lo que no imaginó Castro es la fruición con que trabajó Guevara. En la guarnición de El Morro, frente a La Habana, los guías le enseñan a los turistas el paredón de piedra contra el cual tantos cubanos cayeron fusilados.

Y cuentan que, a quienes iban a retirar los cadáveres de sus familiares, el Che los hacía desfilar, como advertencia, ante el paredón tinto en sangre. ¡Así de "humanista" era el héroe tan recordado en estos días por la izquierda!

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