¿Que es el Frente Amplio?


La principal dirigencia del Frente Amplio -no nos referimos a sus militantes y, menos aún, a su electorado- ha logrado ocultar la realidad del conglomerado que hoy nos gobierna, con una máscara de liberalismo democrático, al que agregan el calificativo "de izquierda".
El objetivo de ésta -y de sucesivas notas- es desenmascararlos y mostrar la realidad que esconden.
No caeremos al hacerlo en su estilo maniqueo, según el cual dividen a los uruguayos en buenos -ellos, los únicos impulsados por sanas intenciones- y los demás -blancos, colorados, independientes y cívicos- guiados por la malignidad.
Lo haremos con respeto, sabiendo que, al igual que nosotros, persiguen el bien común y que lo que nos diferencia son los medios para lograrlo y el valor que le asignamos a la libertad del hombre.
Los consideraremos nuestros adversarios políticos, hasta tanto no caigan en el avasallamiento de ésta desde el poder del Estado.
Si ello sucediera, se transformarían en nuestros enemigos, a los que deberemos combatir con todas las fuerzas y en todos los planos. Como ya lo hicimos en los oscuros años de la dictadura.
Este asunto es de la máxima importancia, pues será el que deberá decidir el electorado en los próximos comicios: mucho más que acerca de dos "proyectos de país" como suele decirse, será acerca de dos cosmovisiones, tan viejas como el mundo.
Una, la de ellos, que va desde la búsqueda de los mayores niveles posibles de justicia social, hasta términos de igualdad absoluta, aún con mengua o cercenamiento de la libertad individual, si llega a ser un obstáculo para la obtención de tan loables fines.
Esa cosmovisión se ha plasmado en populismos o en colectivismos, según los casos, pero siempre con la nota del totalitarismo, como denominador común de su desprecio por la libertad de los hombres.
Otra, la nuestra, que buscando también el logro de la mejor justicia social y de la igualación de los desiguales -mediante la solidaridad humana y la acción del Estado, en caso de ser indispensable para combatir los niveles de salvajismo en que puede caer el capitalismo- no se permite, en modo alguno, atentar contra el don divino de la Libertad; así con mayúscula.
Esta cosmovisión es la del humanismo liberal, que profesamos con orgullo y defendemos a ultranza.
Pues bien, creemos firmemente que la dirigencia principal del Frente Amplio tiene el perfil distintivo de los viejos totalitarismos a que dieron lugar, tanto los socialismos marxistas, cuanto los fascistas: para el logro de sus postulados, es válida la violación de la libertad individual y su soporte jurídico, que es el Estado de Derecho.
O, dicho de otro modo, creen que cualquier medio es lícito para lograr sus objetivos. Aún cuando sea necesario arrasar al más entrañable y distintivo de los dones que Dios ha regalado al hombre. Estamos convencidos que los dirigentes que verdaderamente deciden dentro del Frente Amplio, provienen de los viejos partidos marxistas o de la soberbia tupamara, que son lo mismo, en cuanto al uso de métodos totalitarios para el logro de sus fines.
Todo esto, nada tiene que ver con izquierdas, centros ni derechas.
Pero, de ello y de ejemplos concretos de caídas de dirigentes del Frente Amplio en acciones autoritarias, nos ocuparemos en sucesivas notas.

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